domingo, 31 de mayo de 2015

Super héroes, reboots, universos cinematrográficos... ¿qué está pasando?

Hace un par de meses Alejandro González Iñárritu se encontraba promocionando Birdman y debido a la evidente temática de la película, no pudo evitar criticar el estado actual de la industria cinematográfica Hollywoodense. Y fue específicamente tajante con el uso y abuso de super héroes de comics en la gran pantalla: "genocidio cultural", fue su diagnóstico.

Un periodista durante un mano a mano con Robert Downey Jr. (quien encarna a Iron Man) estuvo rápido de reflejos y le recitó la contundente frase de Iñárritu. En vez de dejarla pasar y ver luego las declaraciones completas del director mexicano, Downey Jr. tomó el camino más corto y cargó contra él deslealmente: "creo que el hecho de que una persona cuya lengua materna es el español sea capaz de formar una frase en inglés en la que incluya 'genocidio cultural', habla de la razón que tiene".



Veamos entonces cuál era el punto de Iñárritu. Cuando habla de genocidio cultural, se está quejando del hecho de que la mayoría de los fondos para hacer cine estén siendo destinados a crear los ya famosos "universos cinemáticos" de super héroes. Una película para cada super héroe, con alguna leve línea argumental uniendo cada una, para luego ponerlos a todos en la misma pantalla. O viceversa (el primero es el modelo Disney/Marvel y el segundo sería Warner/DC). Los estudios van a lo seguro y dejan de confiar en otro tipo de producciones originales y la realidad es que la ganancia económica es terriblemente redituable. Se están volviendo adictos a ese juego. En vez de permitir el desarrollo de nuevas historias y personajes, crean y recrean (¡basta de reboots!) historias de personajes ya conocidos con una base de fans creada hace bastante tiempo (los super héroes existen hace más de 70 años). También Simon Pegg, un actor y fan reconocido del mundo de los super héroes cargó contra la industria, causando un enorme revuelo del que tuvo que salir mediante una especie de carta abierta.

Y además apunta a cuestiones de construcción de las historias. Para él ese tipo de películas son "de derecha" y se escuda hablando del uso excesivo y sin sentido de la violencia; en la fórmula buenos vs. malos y la poca ambiguedad ética y moral que esa dicotomía plantea. En fin, reclama tonos grises, tramas un poco más profundas y la ambiguedad que antes era marca de calidad en Hollywood y que hoy la encontramos en la nueva edad de oro de la TV estadounidense. Lo cual habla de una transición interesante en términos de storytelling. Al parecer las historias que no hallan lugar en cine, terminan en TV permitiendo incluso una mayor duración para la historia y bucear en los personajes.



Birdman terminó ganando el Oscar a mejor película y obtuvo reconocimiento de la Academia. A pesar de eso, el futuro no parece ser alentador para Iñárritu, ya que las películas que les ponen los pelos de punta van a seguir existiendo por mucho tiempo más: Marvel está entrando en la "fase 2" de la presentación de sus personajes; DC se la está por jugar de lleno con Batman y Superman por primera vez en el cine live action; y hasta están por llegar nuevos episodios de una franquicia enorme: Star Wars.

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