A medida que nos acercábamos al final las teorías acerca del posible desenlace de Mad Men no paraban de aparecer. ¿Don es D.B. Cooper?, ¿Peggy+Joan+Don empezando una agencia en California? Matthew Weiner, un discípulo de David Chase (creador de The Sopranos), siempre se había encargado de dejar en claro mediante el desarrollo de la historia que Mad Men era un show esencialmente existencialista. Detrás de el arte y la moda (el diseño de los 60, en muebles y ropa), que fue un elemento clave para la popularidad de la serie, subyace la historia de un hombre en busca de su identidad y del propio sentido de la vida.
Esta última temporada vimos a Don con su vida casi resuelta, saliendo de su segundo divorcio y buscando la próxima razón para vivir. "¿Esto es todo lo que hay?" Se preguntaba Don. En "Person to person" lo vemos en la recta final de su viaje al mejor estilo Jack Kerouac, en dirección a Los Ángeles. Se entera de la enfermedad de Betty y recibe una lección de madurez a cargo de Sally. Se emborracha y va en busca de Stephanie.
Termina en una suerte de retiro espiritual en Big Sur, casi incapaz de volver a conectar con sus emociones. Tiene una conversación con Stephanie, que abadonó a su hijo y está afligida al respecto, donde le recomienda "podes dejar esto atrás tuyo, todo se va a volver más fácil a medida que seguís moviéndote hacia adelante", lo cual no hace otra cosa que fundamentar lo anterior: Don todavía sigue aplicando su antigua filosofía.
Pero al final, pasa lo que tenía que pasar. La partida repentina de Stephanie sin despedirse (y con su auto) es lo que termina de empujarlo al vacío. "La gente viene y se va, nadie dice adiós" increpa Don a la hippie de la recepción, más hablándose en reproche a sí mismo que a ella. La charla con Peggy en dónde le confiesa todos sus secretos y bajezas es el punto de inflexión que encuentra para dejar ir todo. Peggy era una de las personas más importantes para Don, probablemente la única que todavía merecía saber la verdad. La sesión grupal del final, con el oficinista angustiado por su propia inabilidad de reconocer a las personas que lo quieren y cómo interpretarlo, saca a Don de ese estado comatoso al cual es arrojado luego de la charla telefónica con Peggy. Se ve tan reflejado en él, que logra conectarse y deja ir todo uniéndose en un abrazo emotivo con él.
¡Por supuesto que tenía que ser así! Don y el mundo, un solo corazón. Don dejando de evadir sus problemas, conectándose con el presente sin tapar el pasado, todo en una comunidad hippie.
La escena definitiva la tenemos de espaldas al mar. Don sigue en el retiro espiritual... ¿qué haces ahí Don? Se encuentra sentado meditando con otros del grupo. Todo mientras el líder habla de "las nuevas vidas que todavía tenemos por vivir". Cierran los ojos. "New day, new ideas, new you". Don sonríe. Y entonces:
Lo hizo de vuelta. Imagino tan claramente a Don volviendo a McCann con una bomba entre sus brazos. Una presentación al estilo "The Wheel". Un nuevo Don. Un gran Don. Poniendo a Coca Cola en la historia con este spot inolvidable. Canalizando su experiencia hippie de amor y paz (capturando el clima de una época) y capitalizandola en una campaña creativa. Pero nada de eso fue necesario de mostrar. Fue el final y un nuevo comienzo.
Más cosas:
1) El verdadero creador de ese spot de Coca Cola fue Bill Backer, que también trabajaba para McCann. Cuenta la historia que la idea surgió luego de que un vuelo suyo se demorara y se viera anclado en un aeropuerto. En medio del mal humor general entre los pasajeros, vio a un grupo distendido sobre la mesa de un bar. Todos compartiendo una Coca Cola. Agarró una servilleta y anotó "I'd like to buy the world a Coke and keep it company". Se convirtió en un spot legendario, de hecho es considerado uno de los "mejores" de la historia por el impacto que causaron todos esos chicos de todos los colores, todas las religiones, unidos bajo un mismo himno entonado en Italia. Es una historia que tranquilamente podría haber salido de la cabeza de Weiner.
2) Me resultó extraña una de las secuencias de escenas finales donde vemos pequeños pantallazos de la vida que están a punto de vivir algunos de los personajes principales, al ritmo de una música bien sentimental. No me pareció un recurso del estilo Mad Men. Tampoco la resolución romántica de Stan y Peggy. Pero lo perdonamos, fue un gran final y una gran temporada. Todo bien Matthew.
3) Las historias finales de las mujeres de la serie siguió afirmando la premisa de la dualidad vida amorosa/vida profesional. Joan deja a ir un posible tipo para acompañarla en su vida, en función del lanzamiento de su propia productora. Betty por fin sale de la casa a estudiar y un cáncer la baja de un hondazo de vuelta al hogar. Y Peggy termina en el medio. Si bien es cierto que tenía más sentido que siguiera en el mundo de la publicidad, en vez de ir con Joan, en parte esa decisión está atada a su amor con Stan.
4) Se fue Mad Men. Son 8 años siguiendo una serie del carajo. El vacío es muy grande.
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