martes, 10 de febrero de 2015

Californication, de mayor a menor

Californication fue una de las primeras series con las que Showtime se fue sumando a la nueva edad dorada de la TV (nunca olvidemos a Dexter). Y su primera temporada fue más que satisfactoria de principio a fin, prometiendo un gran futuro.



Tom Kapinos, Showrunner de Californication, se inspiró en su vida personal y en Charles Bukowski, emblemático escritor norteamericano de la generación maldita. El resultado: Hank Moody. Interpretado por David Duchovny, Hank es un escritor con un par de libros publicados en su haber que toma una decisión que cambia su vida y lo entrega a un frenesí de malas elecciones: mudarse a Los Ángeles.

En esta primera temporada Hank intenta volver a ganarse el corazón de Karen y recuperar su inspiración para poder volver a escribir. Siempre me pareció una elección jugada terminar esa temporada inicial anulando un gran conflicto: Hank vuelve con Karen, recupera a su musa y a su hija. Happy ending.

Pero la apuesta en la segunda temporada fue certera. Además de instalar un obvio enigma (y ahora que ganó lo que tanto quería ¿será capaz de mantenerlo y hacer las cosas bien?) introdujeron a un personaje muy bien construido e interpretado como Lew Ashby (en la piel de Callum Keith Rennie). Ashby es un productor de rock, una leyenda en Los Ángeles que persuade a Hank para que escriba su biografía. En el medio, descubre al hombre detrás del personaje: el rock, las drogas y la vida alocada solo son las escusas para tapar la frustración provocada por una chica que la dijo que no. De esta forma, a lo largo de la segunda temporada se establece una dinámica entre ambos personajes que sirve como advertencia para Hank. Lew es lo que él puede llegar a ser, si continúa derrapando. Siempre enriqueció el personaje de David Duchovny y lo hizo crecer, haciéndole ganar insights. Otra vez Kapinos tomó un riesgo a costa de un buen final: Lew Ashby muere.

El gran problema de la serie se produjo a partir de la tercera temporada, donde ya ni siquiera es necesario entrar en detalles de los argumentos: cualquiera que fuese la historia, Hank nunca fue puesto a prueba en nuevos escenarios. Californication y Hank Moody se convirtieron en el equivalente a Entourage y Vincent Chase. Un personaje eterno, atemporal, en nuevas situaciones pero siempre el mismo, siempre tropezando con la misma piedra.











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