Californication fue una de las primeras series con
las que Showtime se fue sumando a la nueva edad dorada de la TV (nunca
olvidemos a Dexter). Y su primera temporada fue más que satisfactoria de
principio a fin, prometiendo un gran futuro.
Tom Kapinos, Showrunner de Californication,
se inspiró en su vida personal y en Charles Bukowski, emblemático escritor
norteamericano de la generación maldita. El resultado: Hank Moody. Interpretado
por David Duchovny, Hank es un escritor con un par de libros publicados en su
haber que toma una decisión que cambia su vida y lo entrega a un frenesí de
malas elecciones: mudarse a Los Ángeles.
En esta primera temporada Hank intenta volver
a ganarse el corazón de Karen y recuperar su inspiración para poder volver a
escribir. Siempre me pareció una elección jugada terminar esa temporada inicial
anulando un gran conflicto: Hank vuelve con Karen, recupera a su musa y a su
hija. Happy ending.
Pero la apuesta en la segunda temporada fue
certera. Además de instalar un obvio enigma (y ahora que ganó lo que tanto
quería ¿será capaz de mantenerlo y hacer las cosas bien?)
introdujeron a un personaje muy bien construido e interpretado como Lew Ashby
(en la piel de Callum Keith Rennie). Ashby es un productor de rock, una leyenda
en Los Ángeles que persuade a Hank para que escriba su biografía. En el medio,
descubre al hombre detrás del personaje: el rock, las drogas y la vida alocada
solo son las escusas para tapar la frustración provocada por una chica que la
dijo que no. De esta forma, a lo largo de la segunda temporada se
establece una dinámica entre ambos personajes que sirve como advertencia para
Hank. Lew es lo que él puede llegar a ser, si continúa
derrapando. Siempre enriqueció el personaje de David Duchovny y lo hizo crecer,
haciéndole ganar insights. Otra vez Kapinos tomó un riesgo a costa
de un buen final: Lew Ashby muere.
El gran problema de la serie se produjo a
partir de la tercera temporada, donde ya ni siquiera es necesario entrar en
detalles de los argumentos: cualquiera que fuese la historia, Hank nunca fue
puesto a prueba en nuevos escenarios. Californication y Hank
Moody se convirtieron en el equivalente a Entourage y Vincent
Chase. Un personaje eterno, atemporal, en nuevas situaciones pero siempre
el mismo, siempre tropezando con la misma piedra.
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